A ocho policías de Vista Hermosa, Michoacán les fueron dictadas sentencias de hasta 52 años de prisión debido a que colaboraban con el Cártel Jalisco Nueva Generación. También tuvieron que ver en el secuestro de elementos de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República en el 2013, elementos que hasta la fecha se desconoce su paradero.
Estos ex policías brindaron su declaración de la cuál se obtuvo información de 35 fosas clandestinas en el municipio de La Barca, Jalisco en donde había restos y osamentas de 67 personas, incluidos dos militares que realizaban tareas de inteligencia, tres civiles originarios de Sonora; el resto eran presuntos delincuentes.
Hasta el momento la PGR no ha encontrado los restos de sus agentes, levantados el 3 de noviembre de 2013, en Vista Hermosa.
Por tanto un juez federal declaró a los ex policías culpables de los delitos de delincuencia organizada, en la modalidad de cometer delito contra la salud (venta de narcóticos) y secuestro; portación de arma de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas; privación Ilegal de la libertad, en su modalidad de secuestro; así como robo calificado de vehículo.
Algunos recibieron una pena de 52 años seis meses de prisión y seis mil 625 días multa, equivalentes a 406 mil 642 pesos 50 centavos, otro de ellos tuvo sentencia de 33 años de prisión y 800 días multa, equivalentes a 49 mil 104 pesos; y los demás expolicías fueron condenados a 15 años de prisión y 375 días multa, equivalentes a 23 mil 017 pesos 50 centavos.
De acuerdo con las investigaciones de la PGR los ex policías realizaban funciones de vigilar el movimiento de militares, policías estatales y policías investigadores en los estados de Michoacán y Jalisco.
Los sentenciados quedaron además inhabilitados para desempeñar cualquier empleo, cargo o comisión pública por un tiempo igual al de la pena de prisión impuesta.
La PGR tenía indicios de que el Cártel de Jalisco Nueva Generación estaba detrás de los homicidios en La Barca, debido a que la mayor parte de los asesinados eran integrantes de la agrupación delictiva denominada Los Caballeros Templarios, por los tatuajes que presentaban en sus cuerpos, particularmente la imagen de una cruz que los distinguía de otros grupos.
A partir del hallazgo de los cadáveres, la dependencia federal pudo conformar un banco genético con más de 400 muestras aportadas por personas que buscan a sus familiares entre las víctimas.
Las muestras genéticas se tomaron en Michoacán, Nuevo León y Jalisco, donde la institución instaló mesas para ofrecer apoyo a las personas que buscan a familiares desaparecidos.
Fuente: Vanguardia